¡Hola de nuevo!
Tras el proceso de montaje de la nueva impresora (descrito en la entrada anterior), y una vez calibrados los ejes de la máquina, nivelada la cama caliente y testado el comportamiento correcto de la placa controladora (el cerebro de toda impresora 3D de escritorio), llegaba el ansiado momento de empezar a fundir plástico de manera casi continuada.
Han sido 2 semanas muy productivas donde, entre otros muchos proyectos, he podido saborear las ventajas de contar con una impresora open source (o de código abierto), llegando incluso a editar el archivo G-code generado en el laminador (Slicer), con el objetivo de imprimir piezas en varios colores (he de reconocer que el efecto es realmente impresionante, como veréis más adelante). Además, he tenido la oportunidad de poder asistir a un taller (desarrollado por nuestros amigos de Makeprojects y 3D ROOM MADE) para monitorizar la impresora por control remoto a través de una Raspberry Pi, y por descontado que, en cuanto tenga el montaje completo, os resumiré el proceso en una futura entrada.
Pero vamos ya con los proyectos acometidos con la LEGIO, la impresora basada en el modelo Prusa i3 de LEON 3D, sobre la que, hasta la fecha, no tengo queja alguna, es más, puedo afirmar que estoy encantado de haberla adquirido.
Como podéis observar en la galería de imágenes mostradas, han sido unos días muy productivos. En este caso, todos los diseños han sido descargados del repositorio online (y gratuito) Thingiverse, del que ya os he hablado en publicaciones anteriores.
Pero como siempre digo “hay vida más allá de Thingiverse”, por lo que, entre algunos pedidos, y detalles que he querido tener con gente cercana, también tuve la ocasión de imprimir algunos diseños en 3D made in AsturMaker, como el Elogio del Horizonte (descargable aquí), o diferentes logos corporativos personalizados (y a dos colores), que paso a mostrar a continuación:
Y para finalizar, os muestro uno de mis proyectos favoritos hasta la fecha. Se trata de un excelente diseño del taiwanés Amao Chan, en una campaña para salvar al pangolín, un animal mamífero en peligro de extinción por la codicia humana (y la falsa creencia de que comérselo otorga al que lo hace una potencia sexual sobrehumana). Para más información podéis leer esta reseña, alojada en la página de descarga de los archivos .stl que conforman el pangolín impreso en 3D. En este caso, poder imprimirlo en varios colores o incluso materiales, hace que el resultado sea mucho más espectacular, y es sólo una de las múltiples razones por las que estoy encantado de haber dado el salto al mundillo del open source, de la mano de la impresora 3D LEGIO.
En futuras entradas, seguiremos mostrando nuevos proyectos (recordad que también podéis seguirnos a través de las redes sociales).
¡Estad atentos!